En busca de la célula madre

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De pequeña recuerdo que era como una sombra que ascendía de la nada, tal que humedad incipiente fuera… e inundaba todos los recovecos de la casa.

En la temprana adolescencia esa humedad se convirtió en el aire que respiraba. La sombra que consiguió adentrarse sibilinamente en mi organismo dejando su firma perenne en mis pulmones.

Poco a poco, viviendo en el día a día entre sombras que nacían y se multiplicaban se engendró mi yugo personal.

Años mas tarde, después de transitar por momentos que ahora prefiero no mencionar, se consiguió el drenaje de la sangra. Un acto vislumbrador de nuevos horizontes.

Pero...

Cuando ya creía que me había librado de él… veo la puta realidad.

Mis células siguen creando inconscientemente esa substancia letal para mi progreso…

¿Y la putada...?

No encuentro la forma de detener la catalición de la substancia y menos aún la forma de tratar la célula madre.

Me veo abocada a la contaminación como no encuentre el antídoto.

...

Parace que sigo encarcelada... hasta nueva orden claro...

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